Shino se casó por amor y vivió una vida matrimonial feliz.
Sin embargo, no podían tener hijos y el trabajo de su marido era cada vez más ajetreado y, con el paso de los años, su matrimonio se fue enfriando poco a poco.
Su suegra la llamaba todos los días para quejarse de su incapacidad para tener hijos.
Cuando hablaba con su marido de ello, él se ponía de parte de su madre, y eso la agotaba tanto física como mentalmente.
Un día, otra mujer en una situación parecida le recomendó un salón de masajes.
Dijo que le refrescaba el cuerpo y la mente hasta un punto asombroso.
Parece que su cuerpo está en plena forma gracias a él, y también la esposa pudo concebir sin problemas gracias a él.
Shino, que siempre había sentido un gran peso en su cuerpo, debido al estrés diario, decidió ir al salón de masajes que le recomendaron para probarlo.