aguiar: tambiÉn de historias de dolor.de feligreses marcharon para hacerle sentir al obispo su inconformidad. rodrÍguez: y vamos a hablar de sus 100 aÑos, ¿cambiarle su ritmo de vida de la noche a la maÑana? pienso que es duro. aguiar: ahora en beaumont queda mucho mÁs que 2 terceras partes de la vida de un hombre que ya cumpliÓ un siglo. ¿ha llorado padre luis, al saber que se tiene que ir? urriza: de llorar, llorar. no he llorado, no lloro mucho. aguiar: esa misma noche el padre ofreciÓ su Última misa en beaumont. lo hizo frente a la misma casa en la que celebrÓ la primera en 1951, reciÉn llegÓ. y allÍ, frente a su gente, no pudo contenerse. algunas veces el padre luis urriza incumpliÓ el voto de obediencia de los agustinos. pero esta orden, la de marcharse, la cumplirÁ. aguiar: ¿y no alcanza un Último acto de rebeldÍa y decir “no me voy de beaumont”? urriza: no, no, no, no, no, no, no, no. aguiar: ¿por quÉ no? urriza: porque no quiero ser rebelde, no quiero ser tan malo, malo, malo. aguiar: difÍcil despedirse de todos,