lucecita: y eso ¿usted qué?le olvide que usted es solo un empleado al que mis papás decidieron darle mi custodia el día que murieron. Álvaro: eso no lo olvido, fíjate. pero si tus padres confiaron en mí, yo tengo que cumplir con ese privilegio porque nada me da más felicidad que estar a cargo de ti. por eso me preocupas y no quiero verte sufrir. ese muchacho solo quiere jugar contigo. y te diré lo mismo que te dirían tus padres. no hay mayor respeto que el que te das tú misma. lucecita: gracias, don alvarito. no lo voy a olvidar, porque a falta de mis padres usted me ha sabido educar perfectamente. pero también entiéndame, tengo que disfrutar mi vida. Álvaro: no, y no te estoy pidiendo que no lo hagas. nada más te pido que seas precavida, ¿sí? lucecita: y lo voy a ser. y perdón por haberle contestado así. usted sabe lo mucho que lo quiero. Álvaro: [ríe] lo sé, hija, lo sé. yo también te quiero mucho. eres la luz de mis ojos, sí sabías, ¿no? luz: sí. Álvaro: es como si yo fuera la lámpara y tú las pilas. ambos: [