blanca: el afortunado ganador
era pedro quezada,
entonces de 45 años,
padre de familia
y copropietario
de una bodega
o tienda de abarrotes
en passaic, nueva jersey,
adonde emigró
hace cerca de tres décadas.
en cuanto confirmó
que el boleto ganador
lo tenía en sus manos,
llamó a su esposa.
pedro q.: fui yo el millonario,
inés, soy yo.
estoy aquí en la prensa,
mire, ponga el televisor
para que vea.
blanca: no muy lejos de allí,
su hijo se acababa de enterar
de la noticia.
casiano: Él la jugó
porque tenía,
"you know", esperanza de un día
tener, "you know",
poder ganársela.
blanca: al día siguiente,
en medio de aplausos
y felicitaciones
quezada recibió
el simbólico cheque
de 338 millones de dólares,
uno de los mayores premios
otorgado
a una sola persona.
le preguntaron
si le cambiaría la vida.
pedro q.: bueno,
tiene que cambiar,
porque--tanto dinero,
pero mi corazón no lo cambio.
blanca: en medio de la emoción
del momento,
quezada hizo promesas
de las que más tarde
se arrepentiría.
pedro...